Las mamografías, mejor antes de los 50

Mamografias E. Ortega, ABC/ salud, 09.09.2013.  La mayoría de las muertes por cáncer de mama se producen en mujeres jóvenes que no están incluidas en los programas de screenning con mamografías diseñados para identificar precozmente este tumor y, por ello, un artículo que se publica en la revista Cancer, sugiere que se debería promover el cribado para cáncer de mama antes de los 50 años.

Los cierto es que la edad a partir de la cual se deberían realizar las mamografías entre la población general sigue siendo un tema controvertido. En EE.UU. algunas sociedades recomiendan que se hagan en mujeres sanas a partir de los 40 años y otras a partir de los 50, anuales o bianuales, pero en 2009 elGrupo de Trabajo de Servicios Preventivos desaconsejó hacerse las mamografías a las mujeres menores de 50 años, al argumentar que los riesgos superaban a los beneficios. En Europa, y en España también, las recomendaciones son más conservadoras y aconsejan los programas de cribado mediante mamografías a partir de los 45 o 50 años cada dos años.

Y también hay controversia en cuento a su eficacia y existen estudios para todos los gusto: por ejemplo, en 2012 la revista The Journal of Medical Screening, parecía dar un espaldarazo definitivo a la eficacia de las mamografías al publicar un trabajo, que analizó millones de pruebas practicadas por 26 programas europeos de cribado y que aseguraba que los beneficios que aporta la revisión de las mamas superan a los riesgos; así, señalaba que de cada 1.000 mujeres de entre 50 y 68 o 69 años que se someten a esta prueba cada dos años, se salvarán entre siete y nueve vidas. Sin embargo, ese mismo año un trabajo publicado en The New England Journal of Medicine (NEJM), que analizó los datos después de tres décadas de programa de cribado en EE.UU., mostraba que a pesar de un aumento sustancial en el número de casos de cáncer de mama detectados en etapas tempranas, la mamografía solo ha reducido la tasa de mujeres identificadas con cáncer avanzado de forma muy limitada.

«Análisis de fallos»

En este nuevo trabajo, el equipo de Blake Cady, de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, se propuso proporcionar una información definitiva sobre el valor de la mamografía a través de una técnica llamada «análisis de fallos». Tal y como explica Cady, «estos análisis retroceden desde la muerte de una paciente para buscar su relación con el dianóstico». Según este experto, hasta ahora sólo se ha publicado otro estudio con este método hasta la fecha.

En este caso, los investigadores siguieron todos los cánceres de mama invasivos diagnosticados en los hospitales de Boston entre 1990 y 1999 fueron seguidas hasta el 2007. La información para el estudio incluyó: datos demográficos, uso de la mamografía, los informes quirúrgicos y patología, y fechas de recurrencia y de muerte.

Menores de 50

En total se confirmaron 609 muertes por cáncer de mama; pero los investigadores vieron que únicamente el 29 por ciento correspondió a mujeres que habían sido diagnósticadas a través de la mamografía, mientras que el 71 por ciento no. Además, de todas las muertes por cáncer de mama, sólo el 13 por ciento se produjo en mujeres de 70 o más años, pero el 50 por ciento en mujeres menores de 50 años. Y, por último, entre las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama, aquellas que fallecieron por la enfermedad tenían una media de edad de de 49 años al momento del diagnóstico.

«La naturaleza biológica del cáncer de mama en mujeres jóvenes es más agresiva, mientras que en mujeres mayores tiende a ser más indolente. Esto sugiere que el cribado más frecuente en mujeres jóvenes pudiera ser más práctico y rentable», afirma Cady.

Supervivencia

Ahora, este estudio sí muestra mostró un cambio dramático en la supervivencia de cáncer de mama asociado con la introducción de la detección precoz en EE.UU. Así, si en 1969 la mitad de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama había fallecido a los 12,5 años después del diagnóstico, esta cifra era 9,3% entre las diagnósticadas entre 1990 y 1999.

Para Daniel Kopans, del Hospital General de Massachusetts , «el hecho de que el 71 por ciento de las mujeres que fallacieron eran aquellas que no participaban en los programas de cribado apoya claramente la importancia de la detección temprana». A diferencia del resto de los estudios, «en este caso se examina a cada mujer como un individuo con datos directos sobre quien se participó en un programa de cribado y quién falleció por un cáncer de mama. Es decir, aborda la cuestión desde una perspectiva diferente y única».

nota

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Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.

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